Cuatro de los agentes de la Policía de Coslada procesados por una presunta trama de corrupción han coincidido en que los agentes de Policía Nacional que les arrestaron les instaron a declarar contra su jefe, Ginés Jiménez, para quedar exonerados de los graves cargos que se les imputaron inicialmente.
Así lo han declarado hoy en la quinta sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Madrid, en el que se enfrentan a una multa de 1.260 euros por un presunto delito de cohecho impropio, pese a que en un primer momento se les atribuyeron otros delitos más penados, como contra la libertad sexual, y estuvieron en prisión entre seis y ocho meses.
También han comparecido la mujer y el hijo de Ginés Jiménez, exmando de la Policía Local, para los que la fiscalía pide cuatro años de prisión y una multa de 100.000 euros por blanqueo de capitales.
"Me dijeron que si conocía bien a mi jefe Ginés debería saber lo que había pasado, que todo era por su culpa y que declarar contra él sería mi salvoconducto" ha relatado hoy Fernando J.M., quien estuvo en la cárcel más de 7 meses tras ser arrestado acusado por la Policía de haberse beneficiado gratis de favores sexuales de prostitutas del polígono de Vicálvaro de Madrid aprovechándose de su condición de agente.
En la misma línea ha declarado los otros tres policías -Felipe G.L., Mario F.N. y Antonio José C.A.-, que han subrayado que en ese momento la Udyco (Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado) les imputó hasta "dos folios enteros" de cargos graves que luego han quedado reducidos a un posible cohecho.
Además les tuvieron varias horas en un descampado, sin comer ni beber y haciendo sus necesidades a la vista de vecinos y de la prensa, ya que según su relato ésta supo de la operación antes incluso de que se fuesen arrestados.
Mario ha relatado que había "cantidad de gente viendo el linchamiento y casi ahorcamiento en la plaza del pueblo", y a día de hoy no ha recuperado su vida tras estar acusado de delitos como abusos sexuales, ya que "una mentira dicha mil veces queda ahí".
Todos han negado las acusaciones que les imputa la Fiscalía y han destacado que mandos de la Udyco llegaron a bajar a los calabozos donde estaban detenidos para intimidarles.
La mujer de Ginés Jiménez, María del Carmen Pérez Martínez, ha sostenido la misma versión que dio ayer su marido, relatando que guardaban bastante dinero efectivo en casa y que provenía fundamentalmente del sueldo de su marido y en parte de los trabajos temporales de su hijo y dinero que les daban a veces sus familias.
Preguntada por cómo vivió la detención del 8 de mayo de 2008 ha explicado que su hijo le llamó y le dijo "que nos iban a detener por blanqueo, porque lo había visto en el móvil, supongo que en la prensa", y al poco les arrestaron en su casa y les llevaron a dependencias de la Policía Nacional, en las que quedó en libertad "en cinco minutos".
"Se me han quitado las ganas de vivir. Estos diez años es como si no los hubiera vivido, es muy duro", ha comentado emocionada.
Su hijo Ginés, que en ese momento tenía 21 años y estudiaba para ser Policía Municipal de Madrid, cuerpo en el que presta servicio, ha justificado la compra de un piso gracias a sus ingresos como relaciones públicas y a un préstamo personal de 120.000 euros que le dio un amigo de la familia.
Ha asegurado que se enteró de que le iban a detener a él, a su madre y a su padre, y por qué delitos, mientras estudiaba en una biblioteca con su hermana, porque a ésta le llamó su novio diciéndole que salía en la prensa.
El juicio continuará el próximo viernes, día 26, con la declaración del agente procesado que falta por intervenir, quien hoy estaba indispuesto, y con testigos.
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